- Colocamos la tabla en un lugar estable y plano, y colocamos con delicadeza el vestido a planchar, del revés,hasta que quede completamente extendido. Entonces se coloca encima del vestido un trozo de tela limpia que no sea muy delgada, ya que, de lo contrario, se nos quemaría con el calor de la plancha.
- A continuación, se humedece la prenda, con la ayuda de un spray de agua, y se pone la plancha a precalentar a una temperatura media, que, en la mayoría de planchas, se suele estar en el nº cuatro del regulador de temperatura
- Posteriormente, se empieza a planchar la tela que está sobre el vestido, revisando, periodicamente, que se va alisando poco a poco y, para finalizar, se le da la vuelta al vestido y se repite la operación
Planchar un vestido de telas de este estilo, tan frágiles y delicadas , es agotador pero es mejor estarse una tarde a no ir con el vestido arrugado o quemado no? O que solo nos sirva de una sola puesta.
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